Atención, porque esta canción ha llegado para convertirse en un refugio sonoro cuando sientas que la oscuridad está acabando contigo. Esta nueva entrega de rock melancólico, el más reciente sencillo de este proyecto de Jay de La Vega se siente como un secreto honesto que salva en medio del ruido cotidiano. Con una sensibilidad que ya no es tan común, la canción explora la ansiedad, la soledad u el insomnio, creando una atmósfera para el público, que se siente dulce y sombría, ideal para conectar de inmediato con quienes han atravesado noches largas, inquietas y que parecen eternas.
Su producción se siente cuidadosamente armada, y transmite ese vaivén emocional que existe entre la calma superficial y el desasosiego interior. Con guitarras suaves, un ritmo contenido y una voz cercana y personal, se tejen entre sí para construir una experiencia sonora íntima y reflexiva.
Es una pieza delicada y honesta, la cual nos demuestra que el rock también puede ser vulnerable, personal y relatable; este estilo musical también puede abrazarnos y dejarnos el sentimiento a flor de piel.