La canción arranca con una energía que se siente contenida,
como la preparación de lo que está por venir, con una melodía que nos llega
cargada de fuerza, en donde el riff de la guitarra se siente vibrante, al igual
que la batería, pues en cada golpe se siente esa potencia de la que viene
cargada. Y para envolver cada sonido tenemos el bajo, con un sonido que no se
siente denso, pero que sí eleva el resto de la melodía a otro nivel. El tema
logra ser un rock punk que se siente juvenil, que puede conectar con esta
generación que encuentra en estas melodías un refugio. Y lo señalo así porque
el riff denso y melancólico del minuto 2:16 se siente como estar llegando a un
lugar seguro.
Cerca del minuto 2:45 tenemos un eco que resuena con fuerza,
que se une al resto de los instrumentos y los abraza en un mismo sonido. Esta
canción logra conectar con cualquiera que en este momento sienta el paso del
tiempo como una manera de descubrirse de nuevo.
¡Un rock punk con alma propia!

