Lo que más me impacta de esta propuesta es cómo nos presenta una atmósfera musical capaz de transmitir que el amor no tiene por qué lastimar. La letra refleja una confusión emocional que sentí muy cercana: el protagonista desea a alguien, pero a la vez sufre por la incomprensión del otro. Todo esto está envuelto en una esencia cósmica del Pop, con toques rítmicos del SynthPop y, en los momentos más relajantes, una sutil pincelada de Electrónica que me hizo flotar dentro de la canción.
Además, la experiencia se complementa con un impresionante videoclip ya disponible en YouTube, donde los hermosos paisajes naturales se mezclan con secuencias rápidas llenas de simbolismo, siguiendo cada palabra de la canción. me recordó la importancia de liberarse de lo que hiere, aunque implique recorrer caminos prohibidos. Es una lucha interna entre el apego y la necesidad de sanar, que se siente en cada nota y en cada mirada del videoclip.
Para mí, esta canción no solo se escucha: se siente, se vive y deja una marca que perdura mucho después de que termina.
Elizo pone en alto la escena Mexa dentro del Pop, y desde el primer segundo se percibe esa vibrante energía que desborda pasión y autenticidad.
