Carlos Marco nos ofrece un sonido pop vibrante, de ese en donde
los sintetizadores le dan una textura diferente a la melodía. Lo que llama la
atención de este tema es la forma en la que se va desenvolviendo la melodía,
con beats que van atrapando al resto de los instrumentos que forman parte de la
música, pero en general, el sonido pulsante y vibrante es lo que nos invita a
movernos. Este es un pop que se inclina más al uso de sintetizadores para crear
atmósferas rítmicas dignas de una noche de fiesta.
La interpretación de Carlos Marco se siente melancólica y
profunda, su tono sonoro logra adaptarse al sonido de los sintetizadores, ambos
van vibrando a un mismo tono, logrando que la producción se sienta bien
equilibrada entre los beats que retumban y vibran y la voz de él que se muestra
más melódica. De este modo, la canción logra encontrar su camino a esas playlists que destacan por su energía, o en donde los beats están dispuestos a
llevarte a través de una historia.
¡Un pop con beats que resuenan!

